La cultura del sexo

A estas alturas, nadie se cuestiona que el sexo es uno de los ejes en torno al cual gira buena parte de nuestras vidas. En una sociedad en la que prima el placer inmediato, cada vez nos encontramos con más personas que recurren a la pornografía por Internet, independientemente de su edad, incluso los mayores, lo que más quieren es vivir su sexualidad al máximo, aun que signifique seguir la evolución del tiempo y recurrir a las películas IXXX manera plena y sin complejos.

El ser humano lleva millones de años en este planeta y poco a poco ha ido evolucionando su relación con el sexo. Uno de las primeras épocas en las que se muestra como un pilar de goce y disfrute más allá de la función reproductora es en la antigua Roma, con aquellas bacanales que degeneraban en auténticas orgías.

El sexo evoluciona y nosotros también

Lógicamente, ha sido un campo de estudio muy analizado por los expertos ya que forma parte de una de las funciones vitales del ser humano. Si bien todavía hay personas que, según sus creencias, prefiere limitar la sexualidad, o al menos las que incluyen penetración, a fines reproductivos, la mayor parte de la sociedad sexualmente activa es capaz de aprovechar el regalo que proporciona una vida sexual plena. De hecho, ni siquiera tiene por qué ser en pareja, y es que la tecnología y los hábitos han evolucionado de tal manera que una persona puede sentirse plenamente satisfecha únicamente con prácticas de masturbación.

En ello ha influido enormemente Internet, que ha acercado los contenidos pornográficos a los usuarios de una manera a la que no se podía imaginar hace apenas 25 años. Ya no solo se ha pasado al campo digital para consumir fotos y vídeos, en lugar de las revistas o los VHS de antaño, sino que se promueve una relación más interactiva, como es la que pueden proporcionar los shows privados por webcam o las apps para buscar pareja como Tinder. Sin embargo, hay que prestar atención a los cambios de costumbres ya que comienzan a haber estudios que afirman que los jóvenes actuales, como la generación de los millennials, puede vivir de forma más habitual un periodo de abstinencia sexual, o al menos lo que generalmente se ha entendido como sexo; esto es, relaciones sexuales con otra persona.

El auge de las agencias de escorts también han promovido un uso de la prostitución más distinguido, en cierta manera, ya que las chicas de compañía suelen proceder de buenas familias, cuentan con una educación considerable y sus estilo de vida es bastante alto, ya que su caché suele superior al de las prostitutas más «convencionales» que trabajan en la calle o clubes de alterne. Sea como fuere, el sexo está evolucionando a pasos agigantados y quién saber cuáles serán las tendencias en los próximos años.

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